Los infectados también obtuvieron una puntuación más baja en una prueba de habilidades mentales que los individuos no infectados
Redacción
Un estudio de la Universidad de Oxford ha revelado que la COVID-19 puede reducir el tamaño del cerebro, disminuir la materia gris en las regiones que controlan las emociones y la memoria y dañar las áreas que controlan el sentido del olfato.
Los científicos afirman que los efectos se observan incluso en personas que no han sido hospitalizadas por COVID-19, y que es necesario investigar más a fondo si el impacto puede revertirse parcialmente o si persiste a largo plazo.
“Hay pruebas sólidas de anormalidades relacionadas con el cerebro en la COVID-19”, dijeron los investigadores en su estudio publicado en la revista Nature, que se publicó este lunes y citado por la agencia DW.
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"SARS-CoV-2 is associated with changes in brain structure in UK Biobank"
by Gwenaëlle Douaud, Soojin Lee, @ChrisArthofer, Chaoyue Wang, @fmrib_karla, @ten_photos, @fmrib_steve, et al.@uk_biobank – @OxfordWIN – @Nature https://t.co/k6BlOpte1D pic.twitter.com/8ZYuqnyWQD
— NeuroFidelity (@NeuroFidelity) March 8, 2022
Incluso en los casos leves, los participantes en la investigación mostraron “un empeoramiento de la función ejecutiva”, responsable de la concentración y la organización, y el tamaño medio del cerebro se redujo entre un 0,2% y un 2%.
“El cerebro es plástico, lo que significa que puede reorganizarse y curarse a sí mismo hasta cierto punto, incluso en las personas mayores”, afirmó la profesora y autora principal del estudio, Gwenaëlle Douaud, de la Universidad de Oxford.
Según la DW el estudio, revisado por expertos, investigó los cambios cerebrales en 785 participantes de entre 51 y 81 años que se habían sometido a escáneres cerebrales antes y durante la pandemia como parte del estudio del Biobanco del Reino Unido, incluyendo 401 personas que contrajeron COVID entre sus dos escaneos. El segundo escáner se realizó una media de 141 días después del primero.
El estudio se llevó a cabo cuando la variante alfa era dominante en Reino Unido y es poco probable que incluya a alguien infectado con la variante delta.