Recordó la guerra en Ucrania, a los países atormentados por largos conflictos y violencia
Redacción
CIUDAD DEL VATICANO.- Dirigiéndose al mundo entero en su tradicional Mensaje de Pascua, Francisco recordó la guerra en Ucrania, a los países atormentados por largos conflictos y violencia y afectados por tensiones sociales y dramáticas crisis humanitarias.
Con visible dificultad para caminar y asistido desde el balcón papal el Santo Padre lanzó un llamado a la paz en diferentes regiones del mundo. En primer lugar, recordó “la martirizada Ucrania, tan duramente probada por la violencia y la destrucción de la guerra cruel e insensata a la que ha sido arrastrada”.
Tras su llamado a la paz en Ucrania, el Papa fue interrumpido por los aplausos de la gente presente.
Luego, el Santo Padre recordó “otras situaciones de tensión, sufrimiento y dolor que afectan a demasiadas regiones del mundo y que no podemos ni debemos olvidar”.
“En este día glorioso pidamos paz para Jerusalén y paz para aquellos que la aman, cristianos, judíos y musulmanes.Que los israelíes, los palestinos y todos los habitantes de la Ciudad Santa, junto con los peregrinos, puedan experimentar la belleza de la paz, vivir en fraternidad y acceder con libertad a los Santos Lugares, respetando mutuamente los derechos de cada uno”, pidió el Papa.
Además, el Santo Padre solicitó la “paz y reconciliación en los pueblos del Líbano, de Siria y de Irak, y particularmente en todas las comunidades cristianas que viven en Oriente Medio”.
el Papa lanzó un llamado a la paz en Libia “para que encuentre estabilidad después de años de tensiones”; en Yemenque “sufre por un conflicto olvidado por todos con incesantes víctimas, pueda la tregua firmada en los últimos días devolverle la esperanza a la población”; por la reconciliación en Myanmar “donde perdura un dramático escenario de odio y de violencia”; por Afganistán “donde no se consiguen calmar las peligrosas tensiones sociales, y una dramática crisis humanitaria está atormentando a la población”.
También, el Pontífice solicitó “paz en todo el continente africano, para que acabe la explotación de la que es víctima y la hemorragia causada por los ataques terroristas -especialmente en la zona del Sahel-, y que encuentre ayuda concreta en la fraternidad de los pueblos” entre ellos, Etiopía, “afligida por una grave crisis humanitaria, vuelva a encontrar el camino del diálogo y la reconciliación”; en la República Democrática del Congo para que se “ponga fin a la violencia”; así como por los afectados en la parte oriental de Sudáfrica afectados por graves inundaciones.
Asimismo, el Santo Padre rezó a Cristo resucitado asista “a los pueblos de América Latina que, en estos difíciles tiempos de pandemia, han visto empeorar, en algunos casos, sus condiciones sociales, agravadas también por casos de criminalidad, violencia, corrupción y narcotráfico”.
Finalmente, el Papa rezó para “que el Señor Resucitado que acompañe el camino de reconciliación que está siguiendo la Iglesia Católica canadiense con los pueblos indígenas”. En concreto, para que “el Espíritu de Cristo Resucitado sane las heridas del pasado y disponga los corazones en la búsqueda de la verdad y la fraternidad”.
“Ante los signos persistentes de la guerra, como en las muchas y dolorosas derrotas de la vida, Cristo, vencedor del pecado, del miedo y de la muerte, nos exhorta a no rendirnos frente al mal y a la violencia. ¡Dejémonos vencer por la paz de Cristo! ¡La paz es posible, la paz es necesaria, la paz es la principal responsabilidad de todos!”, concluyó el Papa.