El objetivo es obtener registros bancarios y otros documentos del mandatario y de su hijo Hunter Biden
Redacción
MADRID, España.- El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, ha ordenado el inicio de una investigación para determinar si el presidente, Joe Biden, se benefició de los negocios de su hijo Hunter.
McCarthy justificó su decisión alegando que hay “alegaciones de abuso de poder, obstrucción y corrupción” en las actividades de Hunter Biden, que podría ser imputado por la Justicia a finales de este mes por no pagar impuestos y tener un arma de fuego sin licencia.
Un eventual impeachment de Biden no le costaría el cargo al presidente, pero sí salvaría el cargo de McCarthy. El presidente de la Cámara se encuentra sometido a una tremenda presión del ala más ultraderechista de su partido, cuya oposición a Biden es total.
Si McCarthy no lleva a cabo al menos la apertura de la investigación contra el presidente, es altamente probable que esa facción fuerce su destitución y la Cámara de Representantes vuelva a caer en el caos, igual que sucedió en enero cuando McCarthy necesitó de 15 votaciones para llegar al cargo debido, precisamente, a la oposición de los ultras de su propio partido. Desde 1860 – en vísperas de la Guerra Civil que Estados Unidos tuvo para abolir la esclavitud – no habían hecho falta tantas votaciones para que un líder de la Cámara fuera confirmado.
Por ello, McCarthy ha tomado la inusual decisión de ordenar la investigación de Biden sin primero someterla a la votación del pleno de la Cámara. Eso se debe a que el sector centrista republicano se opone al impeachment, alegando que no existen motivos para llevarlo a cabo.
La investigación será llevada a cabo por tres comités, todos ellos controlados por miembros del Caucus de la Libertad, el ala ultraderechista del Partido Republicano.
Si finalmente la Cámara lanzara un proceso impeachment, no está claro que éste saliera adelante. En primer lugar, porque la mayoría republicana es muy exigua – apenas cinco escaños en una cámara que ahora mismo cuenta con 434 -, y es posible que algunos congresistas de ese partido voten en contra.
En el caso de que el impeachment fuera aprobado, pasaría al Senado, donde se debatiría la destitución de Biden. Las posibilidades de que eso suceda son cero. Por un lado, los demócratas tienen la mayoría en el Senado y, pòr otro, varios prominentes senadores – incluyendo al líder republicano, Mitch McConnell – se oponen al ‘impeachment’.
El impeachment es, así, un movimiento del ala más conservadora del republicanismo, que movilizará a las bases del partido pero probablemente también lo hará a las de los demócratas de cara a las elecciones de 2024, que es lo que los republicanos moderados y los miembros del Senado de ese partido quieren evitar.
Con información de El Mundo