Pasaban cada día en tren por Irapuato, indicó Marta Ponce, de 73 años, quien lleva más de una década ayudando a los que viajan por las vías
Redacción
IRAPUATO, México (AP).— Unos 5 mil migrantes tratando de llegar a Estados Unidos, la mayoría venezolanos, se alistaron en cuanto escucharon el tren a lo lejos.
Familias con niños pequeños durmiendo en cajas de cartón, hombres y mujeres jóvenes apretujados en casas de campaña bajo un puente cercano recogieron sus cosas a toda prisa. Cuando el tren llegó a las afueras de Irapuato, una ciudad del centro de México, algunos se encaramaron a los vagones de metal con facilidad, mientras que otros lanzaron sus bolsas y alzaban en brazos a sus hijos pequeños envueltos en abrigos de invierno.
“Que suba, que suba”, decían algunos inmigrantes que iban arriba del tren a los que seguían todavía abajo. Otros gritaban “Dios te bendiga, México”.
Después de tres días esperando un tren que muchos en el grupo temían que no llegaría nunca, ese era su pasaje al norte, a la frontera de México con Estados Unidos.
Otros miles de migrantes se quedaron varados en otras zonas del país la semana pasada después de que la mayor compañía ferroviaria de México detuvo 30 convoyes de mercancías. La firma, Ferromex, dijo que había tantos migrantes trepando a los trenes que resultaba inseguro moverlos. La empresa dijo que se “han registrado cerca de media docena de casos de lesionados o fallecidos entre los grupos de personas que abordaron trenes de carga en su camino hacia la frontera norte, a pesar del grave peligro que ello implica”.
Cuando el tren llegó el sábado, en muchos de los vagones se leía “Ferromex”. Había policías locales apostados en torno al campamento improvisado donde esperaban los migrantes, pero cuando el tren hizo su parada de unos 30 minutos, no trataron de impedir que los migrantes se encaramaran.
Pese a la violencia de cárteles de la droga y a los peligros asociados a subirse a los vagones, hace mucho que los migrantes utilizan esos trenes de mercancías para viajar al norte. Muchos llaman a este tren “La Bestia”.
La interrupción del servicio cortó temporalmente una de las rutas migratorias más transitadas del país coincidiendo con un pico de migraciones, y dejó en el limbo a familias, como la de Mayela Villegas.
Con información de Proceso