¡Monterrey es campeón!

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La Pandilla de Mohamed tuvo fuelle para coronarse a costa del ‘gigante capitalino’ este domingo en el Estadio Azteca y bordar su quinta estrella en la Liga MX

Redacción

CIUDAD DE MÉXICO.- América acarició otra remontada de ensueño que fue desvanecida, y finalmente, consumada en la peor de sus desilusiones al caer ante un resucitado Rayados en una dramática tanda de penaltis (2-4).

La Pandilla de Mohamed tuvo fuelle para coronarse a costa del ‘gigante capitalino’ este domingo en el Estadio Azteca y bordar su quinta estrella en la Liga MX.

En una montaña rusa de fútbol durante más de 120 minutos, el Monterrey de Mohamed vino de atrás para bordar su quinta estrella en Santa Úrsula y cerrar gloriosamente una década protagonizada por el mismo América y su odiado rival, Tigres.

La lógica se reflejó en el inicio del segundo capítulo de la gran final: un América echado al frente, sin miramientos e inteligente en busca de recuperar terreno. El equipo de Miguel Herrera adoptó la postura que se le conoce en estas instancias, a la que apeló repetidas ocasiones en esta Liguilla.

Pocos minutos necesitó el equipo azulcrema para tocar la puerta de Marcelo Barovero. Y lo hizo hasta penetrar la cabaña norteña, pero César Ramos anuló el gol de Bruno Valdez por ayudarse con la mano antes de impactar al fondo de las redes. Acción que presagiaba una tormentosa noche para Rayados. Descuidos en un aparto defensivo endeble por la ausencia de César Montes.

El Cachorro le hizo mucha falta a Mohamed; Stefan fue habilitado como central y Leonel Vangioni sufrió demasiado por la banda izquierda.

El Trapito contuvo un cañón sin dirección de Roger Martínez; sin embargo, en la siguiente escena ofensiva americanista, no tuvo qué hacer ante el imponente zurdazo pegado al poste de Federico Viñas.

El uruguayo recortó hacia el centro para estrellar el poste izquierdo del Trapito antes de besar las redes. ¡Gol del América!

Ya con la ventaja en el marcador y el emparejamiento global, se antojaba un equipo amarillo más precavido, pero el Piojo trazó otro camino para sus pupilos con la inercia positiva del arranque volcánico.

Pese a una molestia evidente de Renato Ibarra, el ecuatoriano iba y venía por la pradera derecha, era un dolor de cabeza para la desdibujada zaga regia.

Antes de abandonar el campo, el sudamericano construyó una diagonal retrasada que Roger Martínez impactó con derecha (raso) hasta batir a Barovero. Esta vez fue anulado por una mano previa de Richard Sánchez donde se gestó dicho avance.

Ahogado el grito del Estadio Azteca, Rayados respiró un poco. Las insinuaciones impulsadas por Miguel Layún por la banda derecha apenas pusieron a trabajar a Guillermo Ochoa.

El arquero nacional recostó en par de ocasiones para atrapar los remates de Funes Mori y Pabón. No hubo asociación entre los atacantes del cuadro visitante y Rodolfo Pizarro, de velada para el olvido en pases errados de trámite sencillo.

El esférico regresó al lado donde mejor era tratado. Federico Viñas, bañado en estado de gracia, proyectó con otro balón filtrado a Henry Martín, aunque el ariete tuvo un tropiezo después de sacar al Trapito. ¡Se salvaba Rayados!

Antonio Mohamed no quiso ajustar tuercas en la primera parte, pese a ser bombardeado en múltiples ocasiones. Y las Águilas a través de otro arribo que nació del sector derecho con Benedetti, relevo de Renato, encontró a Richard Sánchez justo atrás de la media luna.

El paraguayo, villano en el segundo tanto anulado, recurrió a su bota derecha para vencer a Barovero en tiro colocado que también sacó brillo al poste derecho del meta argentino.

Ya no hubo intervención de la tecnología para que el Azteca, pintado de amarillo, lo gritara con mayor fuerza. Solamente el silbatazo del árbitro al indicar el término de la primera parte, silenció brevemente el júbilo del respetable capitalino, volcado por el 2-0 (3-2) del América.

Después de la charla en el vestidor, el Turco se vio obligado a modificar su esquema con Janssen en lugar de Pizarro. Apostó al poderío en ataque sin el avance pulcro que podía otorgar Rodolfo.

El Piojo, en cambio, dio la orden de jugar igual en el complemento. El constante peligro de Roger Martínez tenía pendientes a los centrales regios, es por eso que Mohamed sacó a Layún para jugársela en la recta final con Montes en la central.

El sacrificio de Vincent liberó de presión a Funes Mori y Pabón, quienes poco a poco se asomaron a la cabaña americanista. El escenario cambió hacia el final del tiempo reglamentario.

Sin Richard Sánchez, relevado por Fernando González, el Monterrey encontró espacios en media cancha, así como una pifia de Jorge Sánchez (al abanicar el balón en un intento por despejar). Dorlan finalmente fue preciso al aproximarse al arco local.

El centro raso del colombiano lo pescó el Mellizo para poner hielo en Santa Úrsula. Funes Mori estaba habilitado y César Ramos validó la acción reclamada por el americanismo. El Monterrey resucitó de un encuentro en el que pudo ser goleado en 45 minutos.

Los papeles estaban intercambiados en la agonía de los 90 minutos. La Pandilla estuvo a milímetros de conseguir el gol del título, tras un remate de Carlos Rodríguez desviado por Memo a tiro de esquina.

Y en esa tónica, de sufrimiento para el americanismo, el silbante alargó a tiempos extra por la paridad en el global (2-2).

El alargue atestiguó un mermado América, en lo físico y futbolístico, a un Rayados volcado al ataque, con todo y los miles de kilómetros recorridos en este diciembre. Rogelio perdonó a Ochoa tras una pared que descompuso a la zaga americanista; también lo hizo Viñas al estrellar la redonda en el travesaño.

El resto de los 30 minutos transitaron con mayor tensión que otra cosa, donde apareció el corazón cuando las piernas dejaron de funcionar con la misma fuerza del reglamentario hasta dictarse la definición en penaltis.

Con información de Marca

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