Efectivamente lo que sabe, dice el síndico de Sataya, es que la familia aún mantiene incertidumbre
Jorge Quevedo
SATAYA, Sin.- El síndico de Sataya, Jesús Antonio Rodelo Baldenegro, jurisdicción a la que pertenece el panteón donde fue sepultado el paciente del IMSS Navolato que generó incertidumbre de manera posterior tras marcar la clínica a la familia que estaba con vida, aún no da indicios de exhumación del cadáver.
“Ya le entra la incertidumbre a la familia si fue el cuerpo de su familiar el que enterraron o fue otro porque no lo abrieron”, comentó al indicar que el cadáver no fue incinerado.
Hasta este viernes lo que señala el funcionario es que efectivamente lo que sabe es que la familia aún mantiene incertidumbre y que la referencia médica descrita en el acta efectivamente sí fue “sospecha de COVID”.
Indicó que la familia ya tuvo un acercamiento con el presidente municipal Eliazar Gutiérez Angulo para solicitarle su apoyo, mas desconoce en qué términos finalizó la petición.
Comentó que el error del IMSS fue el cambio de pacientes en camas si haber retirado antes las carpetas clínicas de los pacientes, esa fue la causa directa sobre el caso de COVID-19 y la persona fallecida originaria de Rosa Morada, Navolato.
“Cuando le hablaron al señor (familiar del fallecido) haz de cuenta que la camilla donde estaba el otro señor, se alivió (paciente sano dado de alta).
“Ahí fue donde surgió el error. Le hablaron a un número equivocado y dijeron que el señor estaba bien. Pero el cuerpo que le entregaron”, dijo el síndico de Sataya, Jesús Antonio Rodelo Baldenegro.
Mario Guzmán, originario de la localidad de Rosamorada, inicialmente había ingresado al nosocomio con una aparente neumonía. Su cuerpo hoy se encuentra en el cementerio de El Potrero.