El uso de las mascarillas dejará de ser obligatorio en todo el territorio
Redacción
PARÍS, Francia.- Luego de duras semanas de una nueva ola de contagios por la variante ómicron, Reino Unido decidió relajar las restricciones contra el COVID-19 este jueves 27 de enero.
De acuerdo a France 24 las nuevas medidas comprenden que el uso de las mascarillas dejará de ser obligatorio en todo el territorio y será “una cuestión de juicio personal”, según explicó un portavoz del gobierno.
Esta determinación no incluye lugares abarrotados, espacios cerrados y donde estén en contacto con desconocidos. En esos casos continuará el deber de usar la mascarilla.
La agencia publicó además que los pasaportes COVID, que certificaba el estado de vacunación de cada individuo para verificar si estaba habilitado o no para ingresar en diversos establecimientos, ya no serán un requisito legal en Inglaterra.
Sin embargo, habrá excepciones luego de que las tiendas, los supermercados y los operadores ferroviarios indicaron que continuarán exigiendo a los civiles que usen tapabocas en interiores, pese a que el anuncio del Ejecutivo apunta lo contrario.
The success of our booster rollout, the tireless work of the NHS and the amazing public response means Plan B measures have ended in England today.
The pandemic is not over – everyone should remain cautious, and I urge anyone who hasn’t yet got their vaccine to come forward.
— Boris Johnson (@BorisJohnson) January 27, 2022
Estas normas fueron suprimidas con motivo del compromiso adquirido por el primer ministro, Boris Johnson, de transitar un camino hacia la “completa normalidad”.
La semana pasada, en la Cámara de los Comunes, el premier afirmó que el cuerpo científico consideraba “que es probable que la ola de la variante ómicron ya haya superado su punto máximo”.
La relajación de las medidas que componían el denominado ‘Plan B’ del gobierno, que entró en vigencia en diciembre último, se produce luego de revisar en los datos oficiales de la semana pasada, considerando la tasa de infecciones, la eficacia de la vacunación, las presiones hacia el sistema público sanitario (NHS), conducta pública y juicio de científicos.
Johnson había indicado que era momento de, progresivamente, “volver al Plan A en Inglaterra y permitir que expiren las regulaciones del Plan B”.