Los manifestantes bloquearon carreteras y el aeropuerto de la segunda ciudad más grande del país
Redacción
LIMA, Perú.- Pese a las medidas anunciadas por la nueva presidenta de Perú, Dina Boluarte, las protestas siguieron intensificándose en una jornada en la que los manifestantes bloquearon carreteras y el aeropuerto de la segunda ciudad más grande del país.
En un mensaje de madrugada el lunes, Boluarte, declaró el estado de emergencia “en las zonas de alta conflictividad social” y presentó ante el Congreso una propuesta de adelanto de las elecciones generales a abril de 2024, dos años antes de lo previsto, informó la BBC.
Estas medidas responden a las protestas registradas en varias partes del país, que han dejado al menos siete muertos, y que se desataron tras la destitución de su predecesor, Pedro Castillo, el pasado miércoles, 7 de diciembre, indicó la televisora británica.

Sin embargo, las palabras de Boluarte no parecieron tranquilizar a los manifestantes, que este lunes bloquearon el aeropuerto internacional de Arequipa.
El primer fallecido fue identificado como Robert Pablo Medina Yanquerhuay, de 16 años, tras ser impactado por arma de fuego en la región de Apurímac. Luego se reportó la muerte de Miguel Arcana, de 38 años, en los enfrentamientos en Cerro Colorado, Arequipa, donde los manifestantes quemaron vehículos.
Posteriormente, resgistraron las muertes de Jhonatan Lloclla, de 26, Wilfredo Lizarme y Jonathan Enciso Arias, ambos de 18 años, todas ocurridas en la región de Apurímac, precisó la BBC.
Las víctimas más recientes fueron indentificadas como David Atequipa Quispe, de 15 años, y Beckam Romario Quispe, de 18.
Los manifestantes ahí y en otros puntos de Perú exigen el cierre del Congreso y adelanto de las elecciones luego de la vacancia de Castillo, y desde algunos sectores también se pide la liberación del exmandatario, informan medios locales.
La destitución de Castillo se produjo luego de que el entonces presidente anunciara la disolución del Legislativo y la instalación de un “gobierno de excepción”, lo que fue interpretado por diferentes sectores peruanos como un intento de “golpe de Estado”.
En cuestión de pocas horas, Castillo fue destituido por el Congreso por “incapacidad moral”, detenido y posteriormente acusado de “rebelión”.







