La defensa legal del magnicida ha indicado que la muerte del excandidato presidencial tiene que ver con una pugna al interior del PRI
Redacción
CIUDAD DE MÉXICO.- Un día como hoy de 1994, el candidato a la presidencia de México, Luis Donaldo Colosio, fue asesinado en Lomas Taurinas, Tijuana, en el estado de Baja California. A 29 años de lo ocurrido, su asesino confeso, Mario Aburto, asegura que es inocente y que desde su detención ha sido víctima de tortura.
“Lo que se hizo es hacer pasar a un inocente por un culpable a base de torturas”, advirtió Aburto Martínez desde el Centro Federal de Readaptación Social número 12, ubicado en Guanajuato, luego de que le fuera dictada una sentencia de 45 años de cárcel por los delitos de homicidio calificado con premeditación y alevosía, así como portación de arma de fuego sin licencia.
A través de un video dado a conocer por su defensa legal el pasado 22 de marzo, se señala que el magnicidio de Colosio -entonces candidato por el Partido Revolucionario Institucional (PRI)- tiene que ver con un lucha que se presentaba en ese momento al interior del tricolor.
“El asesinato de Colosio está intimamente ligado a una pugna al interior del PRI entre dos corrientes que buscaban transformar al partido para permanecer en el poder: una epidérmica encabezada por el presidente Carlos Salinas, y la otra profunda, liderada por el mismo Colosio”.
En el material audiovisual -difundido por la revista Proceso-, la defensa de Aburto asegura que durante casi tres décadas el hombre señalado de disparar a Colosio ha sido torturado e incomunicado. Lo anterior pese a las múltiples interrogantes que pesan sobre su caso, mismas que aún no han sido resueltas.
“¿Por qué si se aprehendió al homicida en probada flagrancia, se le torturó al extremo de no hacer creíbles las versiones oficiales que lo inculparon como solitario?”, se menciona en el video, además de cuestionar las razones por las cuales fue interrogado sin la presencia de un abogado defensor, luego de haber sufrido una “brutal golpiza” al momento de su detención en 1994.
“Cuando estaba en Tijuana me llevaron a torturar a la zona del río, a altas horas de la madrugada. El gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones, junto con agentes de la Procuraduría General de la República -entre ellos el Comandante Raúl Loza Parra-, me empezaron a torturar”, se escucha decir a Aburto en el video.
Pero Mario no habría sido la única persona torturada en este caso, pues su madre y su hermana (María Luisa Ramírez y Karina Aburto) también habrían recibido amenazas de muerte por parte de elementos de la PGR. “Me dijeron que estaban torturando a mi mamá y a mi hermanita de 8 años. Me mostraron fotografías desnudas de ellas y dijeron que las iban a violar y después las iban a matar”, narró el hombre de 52 años.
Con información de Infobae