Con este gesto, Jesús nos recuerda cómo debemos ayudarnos unos a otros, explicó en su homilía
Redacción
CIUDAD DEL VATICANO.- El #PapaFrancisco lavó los pies a 12 reclusos de diferentes nacionalidades, etnias, culturas, idiomas y confesiones religiosas. Con este gesto, Jesús nos recuerda cómo debemos ayudarnos unos a otros, explicó en su homilía.
No estarán los chicos de hace 10 años, esta tarde, en la cárcel de menores de Casal del Marmo, donde el Papa -como en 2013- irá a celebrar la misa in Coena Domini del Jueves Santo.

“Afortunadamente, diría yo”, bromea por teléfono con los medios vaticanos el joven capellán don Nicolò Ceccolini. Una señal de que, evidentemente, los caminos educativos y rehabilitadores emprendidos por la “aldea”, es decir, la comunidad de trabajo siempre activa para los detenidos, funcionan.
Una palabra, “detenidos”, que el padre Nicolò nunca utiliza en el transcurso de la entrevista. Para él, son siempre y sólo los “chicos”, una cincuentena de mujeres y hombres de entre 14 y 25 años, italianos, árabes, africanos, romaníes, ateos o católicos, ortodoxos, e incluso una quincena de musulmanes.







