En silla de ruedas, acompañado por su enfermero personal, que lo lleva hasta el altar
Redacción
CIUDAD DEL VATICANO.- La sorpresa al final de la misa jubilar por los enfermos y el mundo sanitario es la llegada del Papa Francisco a la plaza de San Pedro.
En silla de ruedas, acompañado por su enfermero personal, que lo lleva hasta el altar, donde, tras la bendición final del celebrante, el arzobispo Fisichella, pronuncia un breve saludo: “¡Feliz domingo a todos, muchas gracias!”.
En medio de la emoción de todos los presentes en la Plaza, los lectores transmitieron a continuación su mensaje de acción de gracias.
“Con afecto a todos los que han participado en esta celebración y agradece de corazón las oraciones elevadas a Dios por su salud, deseando que la peregrinación jubilar sea rica en frutos”, saludó.

A continuación imparte la Bendición Apostólica, que extiende “a los seres queridos, a los enfermos y a los que sufren, así como a todos los fieles reunidos hoy aquí”.
Antes de dirigirse hacia el altar en la explanada de la plaza de San Pedro, informa la Oficina de Prensa vaticana, el Pontífice recibió el Sacramento de la Reconciliación en la Basílica de San Pedro, se recogió en oración y atravesó la Puerta Santa.