Las limitaciones por la pandemia han acotado la protesta por la igualdad real de las mujeres
Redacción
MADRID.- El feminismo no ha podido medir su fuerza de forma masiva en las calles este 8-M y ha cambiado las grandes movilizaciones por concentraciones más reducidas y por símbolos y homenajes.
Las limitaciones por la pandemia han acotado la protesta por la igualdad real de las mujeres.
En filas y con distancias de seguridad, con bailes y mascarillas, en bicicleta, desde las casas, en los balcones, en las redes y en grupos, este año las protestas han seguido porque persisten los motivos y las diferencias.
La crisis sanitaria y social del coronavirus ha agrandado las brechas. Las protestas se han visto, teñidas de morado a pesar de la lluvia y del virus, en muchas ciudades españolas, excepto en Madrid, que este año no será el epicentro de la protesta como fue durante los últimos tres años la concentración de mujeres alrededor de la madrileña Cibeles.
La crisis sanitaria y social del coronavirus ha agrandado las brechas. Tampoco se han vivido grandes movilizaciones en el resto de Europa.
En París se han manifestado varios miles de personas este lunes por la mañana, sobre todo mujeres, para reclamar “el fin de las discriminaciones y de las violencias sexistas y sexuales”, tras un fin de semana de múltiples movilizaciones por toda Francia, aunque mucho menos concurridas.
La protesta estaba presidida por un clítoris gigante. En la capital de Alemania, Berlín, ha habido varios centenares de personas en una manifestación frente a la puerta de Brandenburgo.
En el Reino Unido se han convocado protestas virtuales. En Atenas se han concentrado alrededor de 1000 personas contra la violencia sexual.
Este año, la protesta griega está marcada por la pandemia y también por su propio movimiento #MeToo, una avalancha de denuncias por abusos.
Con información de El País





