Los trabajadores humanitarios no consiguen seguir el ritmo de unas necesidades que crecen cada día
Redacción
WASHINGTON, EU.- Las lluvias intensas y el frío extremo que trajo la tormenta Byron han dejado a miles de familias desplazadas expuestas a la intemperie, refugiadas entre ruinas anegadas que, en muchos casos, se derrumban. UNRWA advierte de que hay personas que están muriendo de frío.
La agencia subraya que los trabajadores humanitarios no consiguen seguir el ritmo de unas necesidades que crecen cada día, con la entrada de ayuda que sigue gravemente limitada. Tiendas de campaña, materiales de refugio y otros suministros básicos de UNRWA continúan bloqueados por Israel, a pesar de que llevan meses esperando para entrar y podrían proteger a cientos de miles de personas.
Desde OCHA explican que los retrasos no se deben solo a la falta de suministros, sino también a los obstáculos operativos constantes que impone Israel. En los puntos de entrada, la carga humanitaria es a menudo relegada en favor de mercancías comerciales, lo que provoca largas esperas. A esto se suman horarios irregulares en los cruces, demoras en la carga y descarga, y restricciones sobre determinados artículos considerados “bloqueados”. Además, los requisitos administrativos impuestos a organizaciones no gubernamentales impiden que parte de la ayuda pueda siquiera salir de los almacenes.
Mientras tanto, sobre el terreno, la ONU trata de reducir los riesgos del invierno como puede, especialmente entre los más pequeños.
“Los riesgos de hipotermia son muy altos, especialmente para los bebés. Por eso estamos concienciando sobre cómo mitigar esos riesgos, incluyendo el contacto cuerpo a cuerpo, piel con piel, para cuidadores y niños pequeños”, dijo Olga Cherevkov, portavoz de OCHA.
Las agencias humanitarias insisten en que tienen la capacidad para responder, pero no la libertad de movimiento necesaria. UNRWA advierte de que, si no se levantan estos impedimentos y no se permite la entrada de ayuda a gran escala y sin demoras, más familias desplazadas seguirán enfrentándose a un riesgo grave en pleno invierno.





