Si todo sale según lo previsto, el módulo Odiseo realizará este jueves el primer alunizaje de Estados Unidos desde la misión Apolo 17
Redacción
MADRID, España.- Ha pasado más de medio siglo desde que concluyó la misión Apolo 17, la última del épico programa que llevó al ser humano más lejos de lo que nunca ha llegado. Desde entonces, Estados Unidos no había vuelto a enviar a la Luna ninguna nave, tripulada o no tripulada, a excepción del módulo Peregrine, que el pasado mes de enero fracasó en su intento de llegar al satélite debido a problemas de abastecimiento de combustible.
Esta pausa de 51 años hace que sea tan emblemática la misión IM-1, de la empresa privada Intuitive Machines, que está previsto que este jueves realice el primer alunizaje estadounidense desde 1972.
Si todo sale como está programado, el módulo Odiseo se posará en el polo sur de la Luna, con instrumentos científicos de la NASA y demostraciones tecnológicas, en un intento por allanar el camino de futuras misiones en esta región de difícil acceso.
Después de décadas de desinterés, Estados Unidos parece haber caído rendido de nuevo ante el hechizo lunar, y no ha sido el único país en hacerlo. Otros muchos se han involucrado de lleno en esta carrera espacial revitalizada, entre los que destaca China, con su programa Chang’e, que también planea asentarse de forma permanente en el satélite.
Hasta ahora, solo cinco países han conseguido acceder a la superficie de la Luna: Estados Unidos -el único que ha llevado hasta allí astronautas-, China, Rusia/antigua URSS, India y Japón, que ha sido el último en incorporarse a este selecto club. Otros, como Israel, Corea del Sur o Canadá, también se están preparando para explorar el polo sur lunar. Por supuesto, también la Agencia Espacial Europea (ESA), en la que se encuentra España, que en un primer momento irá de la mano de la NASA, aunque después no descarta establecer por su cuenta una base permanente.
“Volver a la Luna tiene cierto interés científico, pero sobre todo se trata de una demostración de poder tecnológico y un primer paso hacia establecer colonias espaciales de forma más o menos permanente. Por lo tanto, podemos afirmar que se trata de una carrera mucho más geopolítica que científica“, valora para RTVE.es Miguel Querejeta, investigador del Observatorio Astronómico Nacional.
En esta nueva pugna ya hay una misión que ha triunfado por encima del resto: Chandrayaan-3, de la India, un país sin apenas tradición en exploración espacial que consiguió ganar por la mano al resto al convertirse en el primero que posaba un módulo no tripulado en el inaccesible polo sur. Tan solo unos días antes, la misión rusa Luna-25 había fallado estrepitosamente, estrellándose contra la superficie del satélite.
Con información de Rtve







