Para evitar tensiones hemos pedido prudencia al Santo Padre y ha aceptado nuestro consejo: mañana recitará la oración del Ángelus en privado, señala médico
Redacción
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco ha pasado el día de hoy, sábado 10 de junio, “entre el descanso y el trabajo” y “por la tarde ha recibido la Eucaristía”. Así lo ha comunicado la Oficina de Prensa de la Santa Sede a través del canal Telegram, especificando que mañana se comunicarán más informaciones sobre la salud del Pontífice.
El curso posoperatorio de Francisco, por tanto, sigue siendo regular. El Papa está bien, todo va muy bien, ha confirmado esta mañana el profesor Sergio Alfieri, el cirujano que operó al Papa el pasado miércoles 7 de junio.
El deseo de los médicos es que la permanencia en el hospital dure al menos una semana, pero será el Papa quien decida: “el proceso de cicatrización termina después de tres meses”.
Interpelado por la prensa, Matteo Bruni aclaró que hasta ahora el Papa sólo ha recibido a personas que habitualmente trabajan con él y que su mensaje para el Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana de esta tarde será leído por el cardenal Gambetti.
“El Papa no tiene fiebre y está hemodinámicamente estable; todas las funciones cardiorrespiratorias son normales. Los análisis de sangre posoperatorios y la radiografía de tórax son buenos”, “está siguiendo una convalecencia cuidadosa que tiene como objetivo el menor esfuerzo de la pared abdominal para permitir que la malla protésica que se implantó y la reparación de la fascia muscular cicatricen de forma óptima”.
“Levantarse de la cama cada vez y sentarse en la silla”, precisó Alfieri, “es un movimiento que pone en tensión la pared abdominal”. Tras la operación anterior, realizada el domingo 4 de julio de 2021, una semana después, el 11 de julio de 2021, Francisco rezó el Ángelus. “Habían pasado siete días”, aclaró el profesor, “aquí no han pasado ni tres días. Así que pedimos al Santo Padre esta prudencia, para evitar este esfuerzo. Él accedió”.
“Si en los días siguientes no se tiene cuidado con la cicatrización y la malla se desgarra, habrá que volver a llevar al paciente al quirófano. Eso no le agrada ni a él ni a mí. Mientras que si observa una convalecencia cuidadosa, podrá reanudar no sólo sus actividades, sino hacerlas mejor. Por eso le pedimos que hiciera este sacrificio… La última vez fueron siete días y no tuvo que reposar la pared abdominal porque no se había sometido a este tipo de operación. Es una prudencia que le pedimos y con su sabiduría aceptó la sugerencia de todos nosotros. Es un placer estar con él, un privilegio”.