Era la madrugada del pasado jueves cuando los disparos estremecieron un pueblo de poco menos de 2 mil habitantes
Redacción
JESÚS MARÍA, Sin.- A 48 horas de la captura de Ovidio Guzmán López, en la localidad sierreña de Jesús María quedan las huellas de las balas impregnadas en viviendas y automóviles.
Era la madrugada del pasado jueves cuando los disparos estremecieron un pueblo de poco menos de 2 mil habitantes que fueron testigos de lo que jamás había ocurrido.
Fue el escenario donde el gobierno federal apuntó a un objetivo que consideró prioritario, afectando la tranquilidad de sus moradores.
En las calles de la villa decenas camionetas civiles blindadas que posiblemente participaron en la refriega. Balas por doquier. Pero en los accesos al pueblo también se observan los vehículos oficiales del Ejército.
Hoy la prensa local, nacional e internacional dio parte del testimonio por vez primera de lo que pasó esa madrugada de disparos. Eran parte de la caravana de vehículos de Salud, Bienestar y otras dependencias que llevaban víveres a los pobladores.