Swart recomienda que para mejorar la resiliencia y el rendimiento del cerebro, los líderes deberían trabajar en estas cuatro áreas
El Financiero
CIUDAD DE MÉXICO.- El interés en aplicar la neurociencia a los negocios ha ido en aumento durante los últimos años, de acuerdo con Inc.
Los líderes de las compañías prefieren la idea de optimizar un órgano, que es tangible, a la idea de optimizar el comportamiento, que es intangible, sostiene Tara Swart, neurocientífica, entrenadora ejecutiva y profesora de la Sloan School of Management del MIT.
“Si digo: ‘Tienes que ser más inteligente emocionalmente’, la gente responde: ‘No entiendo lo que se supone que debo hacer, pero si les digo ‘puedes construir un camino en tu cerebro que te lo haga más fácil’, entonces muchos están más dispuestos a emprender ese proceso”, apuntó Swart.
El sueño perturbado es particularmente dañino para este proceso. Tu IQ puede tener un ‘bajón’ del cinco por ciento o más después de una mala noche.
Un cerebro bien descansado, oxigenado y alimentado es necesario para la capacidad de recuperación mental y para tener el máximo rendimiento en medio del estrés y la incertidumbre del día a día.
“Cuando todas las demás cosas son iguales, la resiliencia mental es el factor que realmente distingue a los CEO’s”, dijo la también profesora del MIT.
Por lo que Swart recomienda que para mejorar la resiliencia y el rendimiento del cerebro, los líderes que buscan el éxito deberían trabajar en los siguiente:
- Neuroplasticidad
“Todo lo que has experimentado en tu vida ha moldeado tu cerebro para favorecer ciertos comportamientos y hábitos”, comentó Swart. Pero esas prácticas pueden no ser las más óptimas. Al enfocar la atención en nuevos y deseables comportamientos, los líderes pueden redirigir los recursos químicos, hormonales y físicos de sus cerebros para crear nuevas vías.
El aprendizaje, especialmente de las asignaturas que requieren mucha atención, como un idioma o un instrumento musical, es la mejor manera de mejorar la plasticidad. “El hecho de que estés obligado a atender cosas que tu cerebro no ha experimentado antes tiene su propio beneficio además de lo que aprendes (…) El cerebro se vuelve más flexible, lo que (admite) cosas como poder regular tus emociones, resolver problemas complejos y pensar de forma más creativa”.
- Agilidad cerebral
Esta capacidad permite cambiar, sin problema alguno, entre diferentes formas de pensar: de lo lógico a lo intuitivo y a lo creativo. La agilidad cerebral puede ser particularmente importante para los empresarios: “El hecho de que el cerebro probablemente piense de diversas maneras o absorba ideas diversas significa que es más probable que detecte tendencias y se adelante a la curva (del problema)”.
Swart recomienda trabajar en problemas consecutivamente y mirarlos desde diferentes ángulos. Los líderes también pueden aprovechar diferentes estilos de pensamiento dentro de sus equipos.
- Dominio de la mentalidad
Las personas con mentalidad fija creen que la inteligencia y el talento son concepciones establecidas… conducen al estancamiento. Las personas con mentalidad de crecimiento se ven a sí mismas como trabajos en progreso que desarrollan su inteligencia y talento con trabajo duro… conducen a la innovación y el progreso.
- Simplicidad
Un mundo hiperactivo impone demandas imposibles en cerebros limitados. El estrés aumenta y la toma de decisiones se complica.
Swart aconseja que los líderes practiquen la atención plena, centrándose en sus cuerpos, la respiración y los pensamientos en el momento, como una táctica de reducir las hormonas del estrés y multiplicar los pliegues en la parte del cerebro asociada con la función ejecutiva.
Un consejo rápido: reduce las decisiones no críticas en tu vida.
Los líderes que saben cómo mejorar su propia función cerebral pueden aplicar esas lecciones a sus empresas. Por ejemplo, al crear programas de trabajo interfuncionales, ayudan a los empleados a forjar nuevas vías neuronales y a desarrollar la flexibilidad cerebral a medida que dominan las habilidades desconocidas.
Los líderes también pueden usar su comprensión del cerebro para alejar el miedo y el estrés del lugar de trabajo y desarrollar la confianza. El estrés aumenta el cortisol, lo que afecta negativamente el pensamiento y la capacidad de controlar las emociones. A niveles sostenidos, las personas entran en modo de supervivencia.
Por el contrario, “si te encuentras en un entorno emocionante donde la hormona oxitocina circula por tu organización, es más probable que tomes decisiones que no se basen en la escasez y la supervivencia, sino en la abundancia”, concluyó Swart.