En la actualidad, se reconoce que existe una fuerte relación entre los hábitos alimenticios y obesidad, enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2, e incluso algunos tipos de cáncer
Redacción
MONTERREY, NL.- Nuestra alimentación juega un papel fundamental en la salud humana y la prevención de enfermedades. En la actualidad, se reconoce que existe una fuerte relación entre los hábitos alimenticios y obesidad, enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2, e incluso algunos tipos de cáncer.
En México, durante 2024, más del 75% de la población presenta algún grado de malnutrición, desde desnutrición hasta obesidad1. El problema no se limita a los adultos, ya que en niñas y niños de 5 a 11 años la prevalencia de obesidad es de 15.7%, y de sobrepeso en 18.5%. En la adolescencia, 16.7% presenta obesidad y 21.4% sobrepeso. En el otro extremo, 16.2% de los menores de 5 años tienen baja talla, cuando en 2022 eran solo 12.8% (INSP, 2024).
Por otro lado, el 44.6% de los hogares presentan algún nivel de inseguridad alimentaria. Esto significa que 25.8% presentan preocupación por el acceso a los alimentos y, si la falta de acceso se prolonga, sacrifican la calidad de la dieta (inseguridad leve). El 9.7% reportan restricciones en la cantidad de los alimentos consumidos (inseguridad moderada) y en 9.0% de los hogares alguno de los integrantes omite tiempos de comida o deja de comer en todo un día debido a la falta de dinero o de recursos para adquirir alimentos (inseguridad severa) (INSP, 2024).
Las enfermedades crónicas relacionadas con la dieta representan una de las principales causas de mortalidad y gasto en salud, lo que hace urgente entender no solo qué comemos, sino cómo lo comemos. No obstante, poco se conoce sobre los hábitos alimenticios de las y los mexicanos. Ante una gran diversidad cultural y gastronómica, pareciera imposible medir y, aún más complicado, conocer qué tan saludable es nuestra dieta en realidad.
El Centro de Investigación e Impacto “Evidencia y Acción para la Equidad en Salud” (EVIS) de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública asumió este reto y se encuentra desarrollando una metodología innovadora en México para analizar mejor los patrones de dieta. Analizar de manera adecuada los hábitos alimenticios de los mexicanos permitirá la implementación de intervenciones enfocadas a la dieta que impulsen la prevención de enfermedades y sus complicaciones.
¿Qué comemos en México?
Una práctica común en la epidemiología nutricional es analizar nutrientes, alimentos o grupos de alimentos por separado. Mientras tanto, en la realidad los nutrientes y alimentos se consumen de forma combinada (Schulz, Oluwagbemigun y Nöthlings, 2021).
De acuerdo con Hodge y Basset (2016), diversos autores han buscado alternativas para investigar las asociaciones entre dieta y enfermedad debido a las correlaciones y sinergias entre alimentos y nutrientes que se ingieren de forma combinada (Bodnar, Kirkpatrick y Naimi, 2022, profundizan la evidencia que se ha encontrado sobre estas sinergias). Además, puede que un patrón dietético tenga una asociación más fuerte con el resultado que cualquiera de los elementos individuales que lo conforman.
Por ejemplo, en el estudio de Green, Milner, Joy, Agrawal y Dangour (2016) sobre las dietas en India, encontraron que diferentes combinaciones de alimentos se asocian en distintas magnitudes con el tamaño corporal, niveles de colesterol, hipertensión y riesgo de diabetes. Además, las dietas presentan variaciones entre las regiones del país.
El análisis de los patrones de dieta persiste como un reto importante en el campo de la epidemiología nutricional (Schulz, et al., 2021). Se han evaluado distintas aproximaciones al análisis de dieta usando métodos multivariantes, como Análisis de Componentes Principales, Análisis Factorial, Análisis de Clases Latentes y Análisis de Conglomerados, con resultados inconclusos sobre cuál es mejor. En todos estos casos, se suele usar grupos alimenticios o incluso densidades nutricionales, lo que limita el detalle de las dietas y combinaciones de alimentos (Hodge y Basset, 2016; Green, et al., 2016; Schulz, et al., 2021).
La estrategia que está desarrollando EVIS para el análisis de las dietas en México requiere datos poblacionales que capturen lo que consumen los mexicanos en un momento específico. Después, se necesita que esta información se encuentre desagregada, con el mayor detalle posible del alimento, incluyendo si se cocinó en casa o fue comprado. Por último, requiere un método robusto y escalable de análisis que clasifique la dieta de forma parsimoniosa sin sacrificar detalle.
Una herramienta valiosa: Recordatorio de 24 horas
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) fue diseñada para simular lo que pasaría si tuviéramos la capacidad de enviar en un solo evento a todo el país a una revisión con el médico. La información obtenida sería crucial para “saber por qué los mexicanos enfermamos y de qué enfermamos, conoceríamos más sobre cómo hacer frente a los factores que afectan nuestra salud y seguramente tomaríamos mejores decisiones de política pública en esta materia” (INSP, 2023, p. S1).
La ENSANUT Continua 2022 incorpora en los cuestionarios el recordatorio de los alimentos que se consumieron las últimas 24 horas (Romero-Martínez, et al., 2022, p. S5). El Recordatorio de 24 horas captura detalladamente lo que comieron personas reales ayer, con información desagregada y contextual. Esta sección del cuestionario se conforma de preguntas abiertas que responden “¿Me puede decir todo lo que comió y bebió el día de ayer, desde que se levantó hasta antes de dormir?” , dirigida a los miembros del hogar de todas las edades.
Con información de ITESM







