Reportan 1.200 heridos —con centenares de ellos en estado grave—, según ha informado el Ministerio del Interior del país
Redacción
MADRID, España.- Un fuerte terremoto de magnitud 6,8 ha sacudido Marruecos esta noche, a las 23.11 (una hora más en la España peninsular), y ha causado al menos 1.037 muertos y 1.200 heridos —con centenares de ellos en estado grave—, según ha informado el Ministerio del Interior del país.
Las provincias y las ciudades de Al Hauz, Marraquech, Tarudant, Chichaua y Uarzazat han sido las más afectadas por el seísmo, con edificios que se han desplomado. El epicentro se ha situado en Iguil, a 63 kilómetros al suroeste de Marraquech y a una profundidad de unos 18,5 kilómetros.
“Sobre las 23.00, sentimos una sacudida muy violenta, me di cuenta de que era un terremoto. Veía los edificios que se movían. La gente estaba conmocionada, en pánico; los niños lloraban, los padres, desamparados. No tenemos los reflejos [para reaccionar] ante este tipo de situación”, ha contado desde Marraquech Abdelhak el Amrani, de 33 años, en declaraciones a la agencia AFP.
“Después, salí a la calle y ya había mucha gente fuera”, ha agregado El Amrani. Otra vecina de Marraquech ha confirmado que, al poco del temblor, la mítica plaza de Yemaa el Fna se había llenado de gente para intentar ponerse a salvo ante posibles réplicas. El terremoto ha obligado a cientos de habitantes en Marraquech a dormir con lo puesto en las calles.
Los vecinos de la ciudad han relatado que el temblor duró varios minutos y causó daños en varios inmuebles —algunos se han derrumbado— y mezquitas de la medina (ciudad antigua).
Las autoridades no permitieron a los ciudadanos caminar por las calles estrechas de la zona histórica. Jalid, residente en el área, ha indicado que el minarete de la mezquita de Bab Ailan se había caído al suelo a causa del temblor y que también había resultado dañada la entrada del templo.
En redes sociales, los marroquíes han compartido numerosas fotos y vídeos en los que se ven edificios dañados y derrumbados, algunos con personas heridas o aparentemente muertas entre los escombros; así como a gente saliendo despavorida de sus inmuebles en medio de la sacudida, con cascotes cayendo sobre ellos, muchas veces en estrechos callejones.
Con información de El País