Los policías de La Paz se suman a la protesta policial que comenzó este viernes y han dejado el palacio de gobierno del país sudamericano sin resguardo
Redacción
MADRID.- Los agentes de La Paz se han sumado al amotinamiento policial que comenzó este viernes en Cochabamba y otras ciudades de Bolivia, y han dejado el palacio de Gobierno sin protección.
Los amotinamientos se han producido en varios regimientos de Cochabamba, Beni y Santa Cruz por diversas reivindicaciones de índole laboral.
Las protestas de los uniformados agravan la crisis política en el país desatada tras las elecciones del pasado octubre que dieron la victoria a Evo Morales pese a las denuncias de fraude de la oposición.
Los policías de La Paz como la mayoría de loa agentes amotinados en Bolivia han denunciado condiciones laborales muy precarias que se han hecho más difíciles frente a los numerosos enfrentamientos con los ciudadanos que exigen la renuncia de Morales y nuevas elecciones.
Bajo este panorama los agentes han pedido las mismas condiciones salariales y de jubilación que los militares así como el cambio de comandantes.
Tras el amotinamiento en la sede de Gobierno, la única fuerza que queda para resguardar la oficina del presidente Morales, que no se encuentra en este lugar, es el regimiento militar Colorados de Bolivia, cuya labor es garantizar la seguridad del mandatario.
Los amotinamientos comenzaron en la Unidad Táctica de Operaciones Policiales de Cochabamba para exigir la destitución del comandante regional de la Policía, Raúl Grandi.
El cuartel fue rodeado por manifestantes y cantaron con los policías el himno nacional y las consignas que se han usado en las protestas de la oposición que se celebran en Bolivia desde hace dos semanas.
“Bolivia se respeta, no somos Cuba ni Venezuela”, cantaban policías y civiles.
El gobierno reaccionó inmediatamente destituyendo a Grandi y nombró a otro comandante. Pero su cese no ha supuesto por el momento el fin del amotinamiento.
Uno de los líderes de la protesta apareció ante la prensa con el rostro cubierto para no ser reconocido y sostuvo que “el movimiento no es político, sino por la dignidad de la policía”.
El enfrentamiento entre policías y manifestantes que protestan contra el resultado de las elecciones, dura ya dos semanas.
Los agentes sufren la presión de la multitud que sale a la calle para exigir la renuncia del presidente, Evo Morales, y nuevas elecciones. Ante los choques, los agentes comenzaron a solicitar compensaciones salariales y mejoras laborales.
El gobierno entregó un “bono de lealtad” de 3 mil bolivianos (430 dólares) y alimentos, pero al parecer esta mejora no ha sido suficiente para acallar las reivindicaciones de todos los miembros de las fuerzas de seguridad.
Los manifestantes, afines a la oposición, rodean numerosos cuarteles del país y tratan de presionar a los policías para que sigan el ejemplo de sus compañeros de Cochabamba, Beni y Santa Cruz.
En algunos casos ha habido actos de fraternización entre policías y manifestantes, pero por el momento no han declarado que estén dispuestos a desobedecer las órdenes del gobierno.
Tras la presión social de las últimas semanas, Evo Morales aseguró la mañana de este viernes que no renunciará y llamó a los “movimientos sociales” que lo apoyan a “defender el proceso” que dirige desde hace 14 años.
Las protestas, en las que se denuncian un fraude electoral, han escalado hasta convertirse en una verdadera sublevación en la mayoría de las ciudades del país, que desde hace varios días la policía intenta controlar sin éxito.
Hasta ahora se han producido tres muertos y más de un centenar de heridos en los enfrentamientos entre manifestantes, grupos afines al Gobierno y los agentes.
Con información de El País







